En Gualeguaychú, las autoridades decidieron terminar con la histórica elección de la reina del Turismo y desde este verano se designarán “representantes culturales”. La decisión apunta a contribuir a la lucha contra la violencia de género, según dijeron los funcionarios de esa ciudad. 

La iniciativa vuelve a abrir el debate con la elección de la Reina Nacional de la Vendimia que –como en todo- tiene voces a favor y voces en contra.

Ya el año pasado se planteó la discusión cuando la legisladora por el FpV Gloria Bidegain presentó un proyecto para eliminar los títulos monárquicos en los concursos de belleza. Para entonces muchas reinas de mandato cumplido se opusieron y argumentaron que en Mendoza, “las niñas no sueñan con ser modelos sino reinas vendimiales” y afirmaron que “la Vendimia no es un concurso para elegir la más hermosa”.

Desde este año comenzó a regir el nuevo reglamento que permite que personas trans puedan candidatearse en la Vendimia. Además, se eliminó el límite de edad máxima y el mínimo de altura de las candidatas. Esta flexibilización surgió a partir la ley provincial 8.740 que fue sancionada en octubre de 2014 y empezó a regir en 2016.

Para muchos la elección de esta reina “no es un concurso de belleza” y “dista mucho de la cosificación de la mujer”. Sin embargo, las voces feministas consideran lo contrario.

Así, por ejemplo, Laura Chazarreta, representante en nuestra provincia de la ONG La Colectiva, consideró que sería muy bueno que Mendoza de el gran paso que dio Gualeguaychú y en su oportunidad Chivilcoy al eliminar estos concursos de belleza: “Hay que abrir el debate en la provincia y terminar con el concepto de la mujer como objeto de belleza. Sobre todo porque es la sociedad la que termina legitimando esos estereotipos de belleza. Además, los concursos, por lo general,  se hacen en base al cuerpo de la mujer y no toman en cuenta lo que piensa o hacen”.

Para Chazarreta la elección de la soberana de la Vendimia es un concurso de belleza aunque muchos se nieguen a reconocerlo. Y señaló que está naturalizado en los mendocinos, quienes se “horrorizan por los femicidios que vienen ocurriendo en nuestra provincia y en el país y no ven que son  productos  de la construcción machista de la sociedad”.

Otra detractora de esta elección vendimial es Noelia Barbeito, senadora por el FIT, quien aseguró que “en el marco del #Niunamenos es un debate pendiente romper con los estereotipos de belleza que son una forma de violencia hacia las mujeres”.

Y evaluó: “Elegir la Reina de la Vendimia es una tradición pero siempre se ha basado en que tiene que ser la más linda. En nuestra provincia es algo que se vive muy fuerte y desde chicas muchas niñas sueñan con ello. Yo que vive unos años en Neuquén, noté que allá no ocurre. Por eso creo que es un debate importante que hay que hacer y ver si tal vez se podría elegir una representante en base a otros parámetros que no tengan que ver con la belleza”, señaló Barbeito.

 

Por su lado, Gabriela Testa, titular del Ente Autárquico de Turismo, los fundamentos que dan en Gualeguaychú son válidos pero hay que considerar que son diferentes los conceptos entre esa ciudad y nuestra provincia: “Aquí la reina es un embajadora, una figura que representar el federalismo de Mendoza. Y si bien suelen ser jóvenes y bellas, al elegirlas se pone una especial atención en las capacidades que tiene para transformarse en representante del pueblo”.

Y párrafo seguido agregó: “Si fuese una simple fiesta y la elección un paso más dentro de ella, estaríamos evaluando su continuidad. Pero la fiesta comienza tres meses antes del espectáculo que vemos en el teatro griego. Empieza en los distritos y el reglamento es amplio y fue modificado. No es un concurso de belleza convencional”.

Testa evaluó, además, la repercusión que las reinas tienen en los turistas nacionales e internacionales. Según explicó, el nacional viene en busca del espectáculo artístico. Mientras que el foráneo viene a conocer la provincia, su vino y el espectáculo. Pero cuando se encuentra con la Vía Blanca y El carrusel descubre otra instancia que tiene que ver con la cultura popular: “Les sorprende la interacción de las reinas con el fervor del pueblo”, aseveró.

 

Alejandra Gamboa es conocida por ser la coordinadora de la Reinas. Lleva más de 30 años trabajando como hacedora de Vendimia y afirma que la elección está muy lejos de ser una cosificación.

“Desde el año pasado se las considera embajadoras culturales. Cuando las acompaño a otras provincias no encontramos con personas que las miran con respeto y con otras que creen que se han disfrazado porque no conocen nuestra fiesta”, señaló Gamboa, quien indicó que esto es algo más que un simple concurso de belleza.

“Hay reinados que se prestan para desfiles de moda. Aquí no se dicen ni las medidas ni la estatura, por ejemplo y muchas de las chicas tienen una preparación académica sorprendente. De hecho, muchas están íntimamente relacionadas con la Vendimia. Por nombrarte solo una: el papá de Dana Otero transportaba uva en su camión y ella conocía muy de cerca la realidad de las viñas”, narró Gamboa.

Rocío Tonini Valdivia, quien fue representante nacional en 2015, dijo que jamás se sintió discriminada ni cosificada por ser reina:“Esta figura es un ícono muy importante en nuestra provincia. La reina es la voz, la cara y los ojos del pueblo. Si este año me toca ser jurado, no voy a elegir a una chica por sus condiciones físicas sino por cómo se expresa, qué siente y qué hace para representar a Mendoza”.