Lo que parecía ser un día de distracción para la familia Fragapane terminó en tragedia, cuando Luciano, de siete años y uno de los hijos del matrimonio,murió luego de caer en las aguas del Río Mendoza, mientras jugaba junto con sus hermanos en las inmediaciones del cauce.

    La temperatura era óptima para pasar un día en Cacheuta, junto al río. Y así lo pensó la pareja Fragapane, quien se fuer a disfrutar de un rico asado en la orilla del Río Mendoza junto a sus pequeños. Pero nunca imaginó que la jornada iba a finalizar con el niño arrastrado por las potentes aguas del río.

    Todo comenzó a las 13, cuando Luciano, junto a sus hermanos, decidió ir a jugar a las inmediaciones del cause y el objeto que tenía en sus manos –no fue precisado qué era– cayó al agua. Ante eso, el niño trató de agarrarlo pero, al parecer, resbaló y se precipitó al agua.

    Según informaron fuentes que participaron del operativo, el caudal del río en esta época es mayor, debido al deshielo que proviene de la cordillera, por lo que la potencia es perceptible a simple vista. Eso provocó que el niño no pudiera volver hasta la orilla y fuera arrastrado. Ante esto, sus hermanos corrieron en busca de ayuda.

    Al enterarse, sus padres dieron aviso al 911, mientras trataban de seguir el rastro de Luciano, quien, a esa altura, ya estaba a cientos de metros del lugar donde había caído. A los pocos minutos, una dotación de bomberos de Luján se hizo presente en la zona y llegó acompañada del helicóptero de la Policía de Mendoza.

    Después de ser arrastrado más de dos kilómetros hacia el este –por la fuerte corriente–, los uniformados lograron sacar al niño del agua. El estado de la víctima era sumamente delicado, por lo que los bomberos comenzaron a realizarle tareas de animación en el lugar donde había sido rescatado. Luego fue llevado hacia el helicóptero y traslado de urgencia hasta el predio de la Virgen, frente al Cóndor, en Guaymallén.

    Fuentes judiciales explicaron que dentro del aparto, el niño tuvo un paro cardiorespiratorio y fue necesario usar el desfibrilador para reanimarlo. Eran las 14.30 cuando descendieron. A esa altura, los signos vitales del niño eran débiles. Rápidamente fue trasladado en una ambulancia del SEC al Hospital Notti, donde, a las 14.45 murió. En las afueras del Notti, la familia del niño no podía creer lo que había pasado al enterarse del fallecimiento.

    Los padres de Luciano, junto a tíos, tías, primas y hermanos, se miraban sin entender lo que acababa de suceder. Sólo deseaban que fuera una pesadilla, ya que miraban el cielo desconsolados. Tras haber prestado declaración ante el ayudante fiscal Santiago Garay de la Oficina Fiscal Nº11 de Luján de Cuyo, se reunieron en la playa de estacionamiento de la guardia del nosocomio y trataban de consolarse. En lo que respecta a lo judicial, desde la Oficina Fiscal Nº11 indicaron que la causa fue caratulada como averiguación hecho.